sábado, 26 de julio de 2008

Los Yenarópulos


Daniel Yenarópulos lleva más de treinta y cinco años relacionado con el balonmano o handball y además de su esposa, sus cuatro hijos practican este deporte. La historia de un nadador que se cambió de disciplina.


Ese apellido de origen griego, Yenarópulos, está asociado en forma instantánea al handball. O para los más puristas: al balonmano. Y desde 1972 hasta nuestros días ese apellido aparece ligado a ese deporte nacido en Alemania y que prendió fuerte en Mendoza en los años sesenta.

Daniel Yenarópulos abre la bocaza para sonreír orgulloso cuando describe a cada uno de sus hijos: “Los cuatro juegan al handball”. Y también para recordar una historia de amor nacida precisamente por ese deporte. Porque él e Isabel Estela, su esposa y compañera de toda la vida, se conocieron en el Instituto de Educación Física pero “los dos jugábamos en la UNCuyo y además yo era técnico. Antes ella era del Gimnasio Nº2 y la convencí para que jugara en el equipo que dirigía”. Así fueron conociéndose más y fue creciendo el amor en pareja, compartido por el amor al balonmano.

De esa relación llegaron Nadya, Mariel, Germán y Daniela, que también conjugaron esa fidelidad por ese juego rápido, a veces duro, atractivo y atrapante.

Pero vale mucho la historia de Daniel porque “llegué al handball de casualidad”. Y cuenta la historia: “Yo nadaba en Andes Talleres y al Lito Cersósimo se le ocurrió que podríamos armar un equipo de handball. Y entonces fuimos varios de natación, como yo y Claudio Capezzone; de básquetbol los Brioude (Raúl y Roberto), Vicente Pellegrino, y de hockey sobre patines Julito Briones. Así nació el equipo en Talleres y como ganábamos, seguimos. El equipo juvenil andaba bien y llegamos a las finales con San Vicente Ferrer por la zona de Capital. Serú y Social Maipú llegaron por la zona maipucina. Ganó Social y ése fue el primer torneo importante que jugué”.

Los hijos coinciden en aclarar que el padre nunca los presionó para que jugaran balonmano. Mariela recuerda que “fuimos con mi hermana a la escuela de verano y como actividad jugamos al handball y nos gustó”. Y sigue: “Empezamos con Hebe Caballero. Como las más chicas eran de 14, mi hermana Nadya tenía 12 y jugaba a veces; yo con 9 años no jugaba, pero iba a todos los partidos. Estuve tres años en el banco”.

Y dentro de las historias Daniel va desgranando nombres de compañeros, de rivales y salen Julito Contreras, los mellizos Fernández, el casi imbatible San Lorenzo de Russell de los setenta, los Argumedo, Laterra... Cada foto es un recuerdo, y rememora partidos que dejaron huellas. Y mientras tres de los Yenarópulos escuchan al padre aparece Patricia Losada, editora del suplemento económico del UNO, y renacen más historias. “A la Pato (arquera de la selección argentina mayor) la dirigí y estuve en Brasil como ayudante técnico en un Panamericano”. Y también nombra “al Petiso Parra (editor fotográfico), cuando en Chile se hizo la vertical arriba de la pelota después de una gran atajada”.

Para los chicos, que los dirija el padre es una presión extra: “Nos exige más, nos grita, insulta, pero todo para que mejoremos”, explica Mariel.

Germán dice que “jugamos con las camisetas 6 y 7, los mismos números que usaron papá y mamá”.

También Germán contó que hizo esgrima pero: “Era muy caro para practicarlo”.

Se meten en el mundo táctico del balonmano y se apasionan describiendo a los extremos, los armadores, los laterales, los circuladores de antes y los pivots de ahora. Hablan de la velocidad, del roce y de la goma para adherir la mano a la pelota, que antes no existía.

Y Daniel vuelve a decir: “Llegué por casualidad al handball y me quedé para siempre”.

Imágenes: Arriba: Papá feliz. Daniela, Mariel y Germán junto a su padre, Daniel, son apasionados por el mismo deporte.

Abajo: Papá y mamá. Arriba Daniel, como DT, y abajo, Isabel (7), como jugadora.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Haber si tu anciana memoria te recuerda el año de nuestro mejor triunfo, el gol del triunfo, quien lo hizo, qué número de camiseta usaba el jugador que hizo el gol y cual era su apodo.