jueves, 11 de septiembre de 2008

El primer penal fue en 1891


El primer gol de los 12 pasos fue en el fútbol británico, cuando John Heath concretó para Wolverthampton Wanderes. Antes se cobraba sólo una falta común. Así nació.

En la actualidad los goles de penal se festejan desaforadamente y los disparos desde ese punto, han dado Copas Libertadores, Copas europeas y Copas del Mundo.

Se han definido desde partidos que decidían nada más que un trofeo o la simple causa de encontrar a un ganador, hasta títulos con millones en juego en donde la estadística marca que Brasil fue campeón del mundo en 1994 ganándole por penales a Italia. 
El fútbol varió bastante desde que se redactó el primer reglamento en 1863 en Londres, Inglaterra, en la Taverna Freemasons. Y en esa reunión también surgió la Asociación Inglesa de fútbol.

Entre 12 asistentes quedaron redactadas las 14 reglas originales del fútbol. Y el tiro penal recién se creó 28 años después, en 1891. Fue porque los defensores que impedían al rival un remate franco, ya sea con una infracción o tocándola con la mano, sólo recibían la sanción como una infracción común en otro punto de la cancha.

El juego se perfeccionaba y se daban las variantes a las reglas como que el saque de meta se introdujo en 1869, y los tiros de esquina en 1872. También en 1878, un árbitro utilizó un silbato por primera vez.

La invención del tiro penal es acreditado al arquero y empresario William McCrum en 1890 en Milford, Irlanda del Norte. La Irish Football Association presentó la idea a la International Football Association Board y finalmente, tras mucho debate, el organismo aprobó la propuesta el 2 de junio de 1891 para introducirse en la temporada 1891-’92.

En las escuelas privadas, donde se originó el fútbol moderno, se daba por hecho que un caballero nunca cometería una falta deliberadamente. Debido a la competitividad que iba en aumento y a la llegada del profesionalismo introducido por escoceses, el lanzamiento penal, o “disparo de la muerte”, como se lo llamaba por esos años, fue uno de los drásticos cambios que experimentaron las reglas de juego.

Y finalmente en un partido de la Copa de Inglaterra, Wolverhampton Wanderers venció 5 a 0 a Accrington en el estadio Molineaux, de Londres, el 14 de setiembre de 1891. Ese día John Head convirtió el primer gol de penal, dato que atribuyen la mayoría de los historiadores.

También en esos primeros años el árbitro principal estaba de pie en la banda pendiente del tiempo, y se le consultaba cuando los árbitros (uno de cada equipo) no se ponían de acuerdo, pero todo eso cambió en 1891. A partir de esa fecha se hizo fija la figura del árbitro principal adentro de la cancha, con plenos poderes para expulsar a los jugadores, así como para conceder penales y faltas sin tener que atender a reclamaciones. Los dos árbitros se transformaron en líneas o “árbitros asistentes”, como se los conoce hoy.

El penal paraliza corazones, eleva plegarias, vomita insultos de pasión. Todo con sólo dos protagonistas frente a frente. El ejecutor (una especie de verdugo antiguo) y el arquero (el ejecutado), que si lo ataja pasa a integrar la lista de héroes de nuestros días.

Y las historias de penales atajados, mal tirados y desviados seguirán convirtiendo al fútbol en un deporte con sorpresas. Como en 1891.

Indigestión Por Eduardo Galeano.

En 1989, en Buenos Aires, terminó empatado un partido entre Argentinos Juniors y Racing. El reglamento obligó a definirlo por penales. El público asistió de pie comiéndose las uñas, a los primeros tiros desde los doce pasos. La hinchada gritó el gol de Racing. En seguida vino el gol de Argentinos Juniors, y lo gritó la hinchada de la otra tribuna. Hubo ovación cuando el arquero de Racing se tiró contra un palo y desvió la pelota. Otra ovación felicitó al arquero de Argentinos, que no se dejó seducir por las muecas y esperó la pelota en el centro del arco.

Cuando se ejecutó el décimo penal, hubo uno que otro aplauso. Unos cuantos hinchas abandonaron el estadio después del vigésimo gol. Cuando lanzaron el penal número treinta, la poca gente que quedaba le dedicó algún bostezo. Los pelotazos iban y venían, y el empate continuaba. Al cabo de 44 penales, terminó el partido. Fue el récord mundial de penales. En el estadio, ya no había nadie para celebrarlo, y ni se supo quién había ganado 
Nota: El partido fue en el torneo ’87-’88 y luego del 2-2 se definió por penales (como disponía la AFA) y Argentinos ganó 20-19, siendo el récord de penales ejecutados en una definición. 

Epígrafes: Wolverthampton Wanderers, el equipo del primer penal.
El gol 1.000. El holandés Rensenbrik, de penal, a Escocia en Mendoza.

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