domingo, 30 de agosto de 2009

Moría José Manuel Moreno




Se apagaba en Merlo a los 62 años una vida de noches de tangos, alcohol y triunfos deportivos. Muchos lo consideran el 5º mejor futbolista de Sudamérica del siglo XX, detrás de Pelé, Maradona, Di Stéfano y Garrincha.


Nació ahí nomás de la cancha de Boca, en la calle Brandsen, ese 3 de agosto de 1916, y sus anhelos iban prendidos a jugar alguna vez en la primera de los Xeneizes. Pero al Rulito no lo aceptaron después de probarse para la 5ª división. El pibe trabajaba repartiendo, en una carro a caballo, la ropa de un lavadero que trabajaba con los barcos anclados en el Riachuelo. Después entró en los talleres de editorial Atlántida, que imprimen la revista El Gráfico. Seguía soñando con jugar en Boca, pero el destino lo llevó a una práctica de la 5ª de River. Y quedó.
Jugó en la cuarta especial que ganó dos títulos seguidos '33 y '34 y el DT de la primera se lo llevó a una gira por Brasil en donde compartió momentos y vestuario con Bernabé Ferreyra y Carlos Peucelle. Y con 18 años debutó ante Platense en el '35 con un triunfo por 2 a 1 y un gol.
La gente vio con asombro a ese muchacho de gran físico llamado José Manuel Moreno. Jugaba de volante ofensivo, en el equipo en donde el mendocino Bruno Rodolfi (ex Gimnasia) era el cinco.

Fue campeón con River en el '36 y '37.

Su fama trascendía el fútbol porque eran un eximio bailarín de tango y un conocedor de la noche porteña. "A mí me reprochaban mis noches milongueras, pero ¿sabés que lindo entrenamiento es el tango para los jugadores? Tenés ritmo en una corrida, manejo de perfiles, trabajo de cintura... Mirá que en una de esas anduve bien por bailar tango por las noches", contaba José.

Esas salidas nocturnas siempre se regaban con abundante alcohol y muchas anécdotas que cuentan de sus llegadas una hora antes del partido. Lo tenían que meter a la ducha y darle café para sacarle la resaca. Pero el mismo Moreno relató que "decidí portarme bien. Nada de trasnochar y sólo leche para beber, durante una semana. El domingo jugamos con Independiente en el Monumental y a los 10 minutos no podía respirar. No estaba acostumbrado a ese régimen de vida y jugué mal. Fue la tarde que De la Mata hizo un golazo".

Fue también campeón en el '41 y el '42 con el equipo apodado La Máquina debido a su perfección de movimientos. En el '44 se fue a México con Rodolfi y fue campeón con el España, de ese país. Volvió en el '46 y se "cayeron los alambrados" de la cancha de Ferro, cuando reapareció. Ahí comenzó a ser el Charro Moreno.

Y un tal Alfredo Di Stéfano fue su compañero de ofensiva. Ganó su último título con River.
En el '49 se fue a la Universidad Católica de Chile para ser otra vez campeón. Se dio el gusto de jugar en Boca en 1950, pero se rompió los ligamentos y sólo jugó una rueda.
Pasó por Defensor de Uruguay y Ferro y se fue a Colombia para ser campeón con Independiente de Medellín (es el único futbolista campeón en 4 países). Jugó y fue DT hasta su retiro con 44 años en 1961.

Siguió bailando tangos y dirigió al Deportivo Merlo en Primera C, para apagarse el 26 de agosto de 1978. Un corte y una quebrada.

Charro fue su apodo
Cuando regresó de México se lo apodó Charro. A su muerte, tras dirigir a Deportivo Merlo se denominó a la cancha con su nombre y al equipo se lo conoce como Charro.

Bailate un tango
El tango fue una de sus pasiones. Era un gran bailarín (aquí con la actriz y cantante Tita Merello). Se casó con la actriz Pola Alonso y su segunda esposa fue la hija del cantante tanguero Alberto Echagüe.

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